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NOVELA
DE
LOS TRES HERMANOS,

ESCRITA SIN EL USO DE LA A.

Por Francisco NAVARRETE y RIBERA[1].


Premio el lector llevará,
Cuando el discurso leyere,
Si en alguna linea viere
Razon escrita con A.


En Toledo, pueblo insigne por quien le dió principio, que fué Ptolomeo, eminentísimo estrellero por su suelo y cielo, por su sitio, como por su célebre rio, sus dulces y melosos frutos, por su rico y suntuoso templo, por sus bellos rostros de mujeres en visos del sol, esculpidos entre crepúsculos de nieve, por sus eternos edificios, propios de sus ilustres vecinos, por el entendimiento de sus hijos, que son robo de los estudios, por el orgullo invencible de muchos que siguieron pendones, y con gusto oyeron el rumor del bélico instrumento, y en nombre de su rey rindieron fuertes, pendieron triunfos, y fueron dignos merecedores de mercedes y privilegios que hoy hinchen sus honorosos escudos; este, pues, Toledo, como digo, en el principio que reinó el prudentísimo y temido rey don Felipe II, hubo un buen clérigo con el beneficio del templo del glorioso Isidoro, con cuyos frutos, y los derechos de sus obvenciones, se gobernó bien regido, sin deseos del propio ministerio. Este, pues, crió un bello mozo, por nombre don Pedro Osorio, en el título de sobrino, que es el dendo comun de estos señores, con todos los propios que el tesoro de los hombres contiene; fué bien entendido como brioso,

  1. Incluimos esta novelita en nuestra coleccion unicamente con el objeto de presentar a nuestros lectores una muestra de las de su genero, género que obtuvo mucho aplauso en el siglo XVII y que solo tiene un merito, el de la dificultad vencida. En efecto, escribir en castellano una relacion algo larga sin emplear una vocal dada, y en especial la a, como sucede en esta novelita, es empresa notable; y sin embargo, muchos de nuestros escritores de aquella época, señaladamente los de escaso inérito, se ejercitaron en esta habilidad. Don Alonso de Alcalá y Herrera compuso cinco novelas, escritas cada una sin una vocal, tituladas Varios efectos de amor.
     Para muestra de un género tan extravagante basta la presente novelita, que de intento hemos elegido por ser de un autor casi desconocido, contemporaneo de Velez de Guevara.