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(I)


OCTAVAS.


I.

NO pasa el mar, quien nunca se aventura,

dicen las Mozorruelas redomadas,

y como este refrán las asegura,

por eso hay tantas bien-aventuradas.

Esta desatinada conjetura

alentó mis tibiezas desmayadas

para que la aprehension se encaracole,

temple la gayta, y apareje el fole.

II.

¿Ello ha de ser? Pues manos á la obra,

pongo papel en mesa, y pluma en ristre:

todo à la vela está, todo de sobra,

no hay quien me turbe, enfade, ni registre.

Ahora bien, con quietud y sin zozobra,

expresiones al cálamo ministre

la chola con alguna extravagancia,

fresca del tiempo, y al asunto rancia.

A2