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LI.

Aprobar tu constancia, en esta instancia,

con alta prevision el Cielo quiso,

y à no ser inflexîble tu constancia,

rendirse tu valor fuera preciso;

pero tu egemplo en esta circunstancia

fue à los demás educacion y aviso,

que expresa el cómo para dar las Leyes,

han de saber del mal y el bien los Reyes,

LII.

Dijo la Ninfa, y suspendiendo el dique

que fluyó todo el dicho triquitraque,

rascóse la nariz con el menique,

y fuese sin decir: ¿Qué hay, badulaque?

Yo me piqué, porque es razon me píque

de tratarme una Moza como un zaque:

monto en cólera, voy, y en un penséque

se me ocultó danzando el zarambeque.

LIII.

Viendo que ya no hay diablo que la siga,

y que la descarada me dió soga,

con la brega, el enojo y la fatiga,

el pecho late, el corazon se ahoga:

asustado despierto, y se mitiga

el sobresalto, que me dió esta droga,

y para que à la burla satisfaga,

la ofrezco el Sueño, y el Leƈtor la paga.