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XVIII.

Mirabala curioso, atento y fijo,

como el Acero al Imán, Abuja al Norte;

y yo no sé quien diantres me lo dijo,

que luego conocí que era la Corte:

no te endilque, advertí, como buen hijo,

su despejo, beldad, donayre y porte,

y era, como verás en mi conciencia,

sobre una legua ò dos de diferencia.

XIX.

Era::: (mas quién tubiera los pinceles,

tiento, paleta, brochas y colores

de Timantes, Protogenes y Apeles,

de Vandich y Jordan con los primores.)

Dos ojos, su nariz, boca y aqueles

eran plata, coral, luceros, flores,

esto, lo otro, aquello, y quanto han dicho

las locuras amantes de un capricho.

XX.

A la Dernié su primoroso trage,

à la Gasié su compostura rica,

de punto de Saxonia era el encage,

que en los buelos las ordenes triplica;

pero además de aquel matalotaje,

manto Imperial su magestad publíca,

que no hubieramos hecho en todo nada,

sin pintarla Imperial y Coronada.