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nunca lo había querido hacer, hallándose alentado y brioso, por los buenos sucesos que hasta allí habia tenido en otras ocasiones; que había sido causa que agora se hallase en el miserable estado en que se vía; y que, él se ofrecía á traerle de la fortaleza del Moro, dándole seguro de la vida[1]. Don Pedro de Acuña recibió bien este Moro, y ofreciéndose á que iría en su compañía Pablo de Lima, Portugues, de los que el Holandes había echado de Tidore, hombre de importancia, y muy conocido del rey, los despachó con seguro, por escrito, como se sigue:


SALVO CONDUCTO de don pedro de acuña al rey de terrenate


«Digo yo, don Pedro de Acuña, gobernador y capitan general, y presidente de las islas Filipinas, y general deste ejército y armada, que por la firmada de mi nombre, doy seguro de la vida al rey de Terrenate; para que pueda venir á hablarme; á él, y á las personas que consigo trujese, reservando en mí el disponer de todo lo demas á mi voluntad, y dello doy seguro en nombre de su Magestad; y mando que ninguna persona desta armada, á el, ni á cosa suya dé pesadumbre; y que todos guarden lo aquí contenido. Fecha en Terrenate, á seis de Abril, de mil y seiscienios y seis años.

DON PEDRO DE ACUÑA


Dentro de nueve días, volvió á Terrenate Cachil Amuxa, y Pablo de Lima, con el rey y príncipe[2] su

  1. Este Cachil Amuxa, el más valiente de los Ternates, era primo hermano del Rey y capitán general. Cuando un país no cuenta más que con bravos, pero no fieles defensores, ya puede prepararse para la esclavitud. De este triste paso no habla Argensola como dado por Amuxá, sino por Cachil Mofaquía.
  2. El príncipe se llamaba Sulamp Gariolano. Este paso se dió contra el parecer de la Reina Celicaya (Argens.).