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muchas veces había sido gobernador suyo, y tenía muchos ahijados, y dependientes, que este era muy Españolado y brioso; el cual, con doblez y cautela, en este tiempo no salía de la ciudad, ni de las casas de los Españoles, por darles de sí menos sospecha; y desde allí, con sus confidentes movía el negocio, que para asegurarse mas del suceso, y saber el número de gente que tenía de su nacion, y hacer alarde y lista della, les había ordenado con disimulacion, que cada uno le trujese una aguja, que fingió era necesaria para cierta obra que había de hacer, y las fué echando en una cajuela, de la cual las sacó y halló suficiente gente, para el efecto que pretendía. Comenzóse luego á hacer este fuerte, ó alojamiento, poco mas de media legua del pueblo de Tondo, metiendo en él algun arroz y otros bastimentos y armas de poca consideracion, y comenzaron á juntarse allí los Sangleyes, especialmente de la gente menuda, comun y jornaleros (que los del Parián y oficiales, aunque los habían solicitado para lo mismo, no se resolvían á ello, y estaban quedos, guardando sus casas y haciendas). Ybase cada día encendiendo mas la inquietud de los Sangleyes, que esto, y los avisos que se daban al gobernador y á los Españoles, los tenía con mas cuidado y sobresalto, y los hacían ya hablar de la cosa mas en público. Los Sangleyes, viendo que su negocio se descubría, y que la dilacion les podia ser de tanto perjuicio, aunque tenían tratado que fuese el alzamiento día de San Andres, postrero de Noviembre, determinaron de anticiparlo y no perder mas tiempo, y viernes tres dias del mes de Octubre, víspera de San Francisco, se juntaron mas apriesa en el dicho su fuerte; de manera, que cuando fué de noche, había en él dos mil hombres. Juan Bautista de Vera, haciendo del ladron fiel, siendo el caudiilo y guia de la traicion, vino luego á la ciudad, y dijo al gobernador, que los Sangleyes estaban alborotados, y que se iban juntando de la otra banda del río; púsole preso