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Daifu del gobierno, se vino al Miaco, y tuvo orden de darse á conocer á un criado de Daifu, y decirle muchas cosas de las Filipinas, y del rey de España, y de sus reynos y señoríos; especialmente, los que tenía en la Nueva España y Perú, de quienes las Filipinas dependían y tenían correspondencia, y cuan bien le estaría á Daifu la amistad y trato con los Españoles. Todas estas cosas tuvo lugar el criado de Daifu de contárselas, el cual, muchos días había que el trato y comercio, que los Portugueses tenían asentado en Nangasaqui, deseaba tenerlo en sus reynos del Quantó, de que era señor natural, para el noblecimiento dellos, y pareciéndole, que por este camino se podía entablar, por lo que Fr. Gerónimo refería, lo hizo traer ante sí, y preguntándole quien era, le contó como habia quedado en Japon, despues del martirio de sus compañeros, y que era religioso, y de los que el gobernador de Manila había enviado (viviendo Taicosama) á tratar de la paz y amistad con los Españoles, y habían padecido, como era notorio, habiendo convertido cristianos y tenido algunos hospitales y casas en la Corte, y otras ciudades del Japon, curando los enfermos, y haciendo otras obras de piedad, sin pretender otro premio ni interese, mas que servir á Dios y enseñar á las almas de aquel reyno la ley y camino por do se habían de salvar, y servir á los prójimos: en esto, y en obras de caridad, especialmente á los pobres, como él y los de su religión lo profesaban, sin buscar ni tener bienes ni haciendas en la tierra, viviendo y sustentándose de solas las limosnas que para ello les daban[1]. Tras esto le dijo, quien era el rey de España, y como era Cristiano, y los grandes reynos y estados que en el mundo poseía en todas partes, y que la Nueva España, Perú, y Filipinas, y la India eran suyas, y todo lo gobernaba y defendía,

  1. Á no ver nosotros suceder lo contrario ahora, y á no existir aquel convenio de cristianizar el Japón para sujetarlo al rey de España, diríamos que este Fr. Gerónimo de Jesús no era un embustero.