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por ser el enemigo soberbio y poderoso; y aunque, había en la ciudad todo ánimo, y esfuerzo para resistirle; con todo eso, el gobernador y la ciudad nunca se quisieron mostrar (en público) por entendidos, de que sabían que Taico hubiese de hacer mudanza, por no romper la guerra, y dar motivo, para apresurarla por esta parte; esperando el remedio con el tiempo, y disponiendo las cosas de la ciudad, para lo que pudiere suceder, y enviando al Japon todos los Japones, que en Manila había poblados (que no eran pocos) y los que venían en los navios de trato, depositándoles las armas que traían, hasta que volviesen, y procurando, se detuviesen lo menos que fuese posible en la tierra, haciéndoles, en lo demas, toda buena acogida. Y porque se entendió que Taico platicaba de tomar la isla Hermosa, que está en la costa de China, muy cerca de Luzon en el camino de Japon (isla grande de bastimentos) para hacer en ella escala con sus armadas, y hacer con mas comodidad la guerra á Manila, el gobernador despachó dos navios de armada, á cargo de don Juan de Zamudio, para que reconociese esta isla, y todos sus puertos, y la disposicion que tenía, para apoderarse della primero; ó á lo menos, cuando no hubiese aparejo, ni tiempo para esto, se diese aviso á la China, á los Virreyes de las provincias de Canton y Chincheo[1], para que, como enemigos antiguos del Japon, le impidiesen la entrada en ella, que tan mal estaba á todos; y con estas diligencias y prevenciones, se fué entreteniendo este negocio algunos días: aunque en lo desta jornada á isla Hermosa, no se hizo otro efecto, mas que haber avisado a la gran China, del designio del Japon.

Despues de algunos dias, que Fr. Alonso Ximenez estuvo preso en la Cochinchina, donde le dejó el capitan y sargento mayor Juan Xuarez Gallinato, le dió

  1. Tien tsin.