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vino á Nangasaqui; de donde avisó al gobernador don Francisco, en el primero navío que salió para Manila, lo que llevaba negociado, que por morir allí de enfermedad, se trujo despues por otra mano á Manila.Taicosama quedó contento con la respuesta que había dado al embajador, sin haber hecho en efecto nada de lo que pedía; porque aquello eran mas apariencias y cumplimientos, que ánimo de amistad con los Españoles; y arrogantemente se preciaba y publicaba, y lo decían sus privados de la misma manera, que aquel presente y recaudo, se lo habían enviado los Españoles por miedo que le tenían, y por reconocimiento de tributo y señorío, porque no los destruyese como otras veces los había amenazado los años pasados, gobernando Gomez Perez Dasmariñas; á que tambien le habían entonces respondido, y enviado presente, con el padre Fr. Juan Cobo, de la orden de Santo Domingo, y capitan Llanos.

Faranda Quiemon, Japon, procuraba la guerra contra Manila, y los privados que le ayudaban, no se descuidaron de pedir á Taico, no perdiese la ocasion que había de ganarla, que sería facil, por haber pocos Españoles en ella, y que enviase armada con brevedad y que él iría con ella, y le aseguraba el suceso como hombre que conocía la tierra, y las fuerzas della. Tanta instancia hicieron, que Taico le dió la empresa, y algunos socorros y otras ayudas para ella; y comenzó á aparejarse, y juntar navíos y Chinas, para salir a la jornada (que nunca la pudo efectuar) porque como hombre que de suyo era bajo y pobre, no tuvo traza ni cauda suficiente para ella, ni sus valedores se lo quisieron dar; y con esto, se fué alargando en apresto, de manera que se deshizo con la muerte de Taico, y con la suya, como despues se dirá.

En Manila llegaban cada día las nuevas, que en Japon se hazía armada, y que Faranda, era el agente de todo, de que se vivía con el cuidado que era justo,