Página:Sub Terra.pdf/98

Esta página ha sido corregida
96
EL PAGO

hacia estirar la mano i cojer las monedas con sus dedos temblorosos, apartándose en seguida con la cabeza baja i una espresion estúpida en su semblante trastornado.

Su mujer le salía al encuentro ansiosa preguntándole:

—¿Cuanto te han dado?

I el obrero por toda respuesta abria la mano i mostraba las monedas i luego se miraban a los ojos quedándose mudos, sobrecoiidos i sintiendo que la tierra vacilaba bajo sus pies.

De pronto algunas risotadas interrumpieron el relijioso silencio que reinaba allí. La causa de aquel ruido intempestivo era un minero que viendo que el empleado ponia sobre la tablilla una sola moneda de veinte centavos, la cojió, la miró un instante con atencion como un objeto curioso i raro i luego la arrojó con ira lejos de sí.

Una turba de pilletes se lanzó como un rayo tras la moneda que habia caido, levan-