resonar bajo sus pies las metálicas planchas de la plataforma. Vestia un traje impermeable i llevaba en la diestra una linterna. Sin dignarse contestar el tímido saludo del capataz penetró en la jaula seguido por su subordinado i un segundo despues desaparecian calladamente en la oscura sima.
Cuando, dos minutos despues, el ascensor se detenia frente a la galeria principal, las risotadas, las voces i los gritos que atronaban aquella parte de la mina cesaron como por encanto, i un cuchicheo temeroso brotó de las tinieblas i se propagó rápido bajo la sombría bóveda.
Mister Davis, el injeniero jefe, un tanto obeso, alto, fuerte, de rubicunda fisonomia en la que el wiskey habia estampado su sello característico, inspiraba a los mineros un temor i respeto casi supersticiosos. Duro e inflexible, su trato con el obrero desconocia la piedad i en su orgullo de raza consideraba la vida de aquellos seres como una