Página:Sub Terra.pdf/219

Esta página ha sido corregida
219
EL POZO

vejete. El asombro, la cólera, el dolor i el desaliento mas profundo se pintaron en su rostro. Se sintió vencido, sin fuerzas para la lucha i una honda congoja sobrecojió su ánimo atribulado. ¡Qué podía él, viejo decrépito, arrojado de todas partes como fardo inútil, contra aquel fiero i formidable enemigo capaz de estrangularlo de una sola dentellada!

Resignado recojió el fusil i, miéntras vaciaba su última carga de pólvora, dos gruesas lágrimas se deslizaron por sus enjutas mejillas i pasando a traves del cano bigote humedecieron sus labios: eran amargas como la hiel.

Todo a su alrededor era salvaje i agreste. Calijinosos vapores elevábanse por el lado del mar sobre las dunas en reposo. Ni un grano de arena resbalaba por sus pardas laderas que la inmovilidad del aire detenia en su avance interminable por la llanura sin límites. El espacio inundado de luz