Página:Sub Sole.pdf/24

Esta página ha sido validada
— 26 —

mares del sur. Sebastian alzó la cabeza. De la ribera ascendía una lijera niebla que iba prendiéndose en los flancos de la escarpada Costa. Ahora venia una época de relativa calma. Entregado con ardor al trabajo, procuraba reunir el dinero necesario para adquirir una embarcacion de mas valia que el diminuto cachucho. Mas, esto iba para largo i empezaba a comprender que con sólo el trabajo de sus manos, talvez no lo conseguiria nunca. Entónces la sorda hostilidad de la madre de Magdalena, aquella vieja avarienta i vanidosa a la vez, se hizo de dia en dia mas desembozada í tenaz. Él no era un partido digno para su hija. Con su inesperiencia de muchacho i seguro del afecto de Magdalena, burlábase de aquella oposicion. Ahora comprendia cuán torpe habia sido al despreciar tan temible adversario. Mas, ya era tarde para remediar el mal. Sólo le restaba la venganza. Al llegar a este punto, un relámpago pareció animar las apagadas pupilas del pescador. En su rostro se dibujó una espresion de amenaza i de cólera intensa i honda. Mas esta excitacion fué pasajera i volvió a abismarse en sus reflexiones. La escena de la taberna lo sumió en una profunda meditacion. Aunque esa tarde habia bebido copiosamente, recordaba todos los detalles. En medio de su embriaguez el padre de la jóven habia soltado la verdad, brutalmente. Hacia un mes que habia llegado la carta. Estaba fechada a bordo del ballenero, i habia sido traida por una goleta que habia completado, primero que el bergantin, su cargamento. Estaba dirijida a la