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gacion de que daba tan altas muestras, trajeron poco a poco la serenidad a los semblantes, la esperanza al corazon ; i, por una de aquellas revoluciones frecuentes en nuestro ánimo, la derro- ta fué olvidado, disipóse el estupor, i por primera vez, despues de veinte horas, rieron hombres que hasta entónces reian en me- dio de los combates.
La derrota de Cancha-Rayada puede decirse que terminó en Paine, San Martin se detuvo allí durante cuatro horas : los que leseguian se roposaron, i el jeneral en jefe, disipadas las som- brías preocupaciones de su espiritu, dató desde Paine las prime- ras órdenes que impartió paca la reorganizacion del ejército. El hijo mayor de doña Paula Jara recibió allí mismo el título i em> pleo de capitán, no obstante ser apénas un adolescente ; ¡su ma- dre ayudándole i dirijiéndolo todo, los guasos que le obedecian fueron organizados en escuadron de milicia, ¡ cuales a recolectar caballos i ganados, cuales a cortar el. valle estrecho para impe= dir las comunicaciones, aquella milicia improvisada bizo duran= te ocho dias el servicio mas activo, miéntras que la hacienda de doña Paula se había convertido en cuartel jeneral, almacen de viveres, hospital para heridosi. punto de reunion, desde donde los grupos de dispersos eran. remitidos en órden al campamento jeneral, i las armas reunidas en cargas, hasta que avanzando el ejército español, la heroina sc replegó sobre Santiago, dejando en Maipo a manos mas. (uertes que las suyas, ya que noa mas esforzados corazones, la gloriosa. tarea por ella iniciada de vol- ver la patria a la vida, despues de creérsela mnerla i perdida pa- sasiempre,
En estos mismos dias j poco antes: que doña Paula se replega= se sobre Santiago, tuvo lugar otra. escena que revela el temple de alma ¡el grau corazon de esta mujer estraordinaria. Hallába= se sentada en los corredores de las casas de su hacienda, cuan= de divisa de improviso una partida de soldados españoles que se dirijen hácia ella. La señora, patriota reconocida, madre de lin-