Página:Suarez Tesoro Ninias.djvu/85

Esta página no ha sido corregida

m- logarejo cuatro sirvientes: creed que se harán tantas dilijencias para averiguar lo que ha sido de mí que al fin se descubrirá.» Estos hombres, habiéndole escuchado, decidieron que era for- zoso fiarse de su palabra ¡ le dejaron ir, despues de haberle he- cho prometer con la mayor formalidad que contaria cosas asom- brosas de aquel castillo. Efectivamente, al otro día dijo que ha- bia visto en él cosas capaces de hacer morir de espanto a un hombre, ¡ Uds. bien comprenden que no mentia. Jé aquí una historia de muertos aparecidos bien tramada, i de la que nadie osaria dudar despues de haberla confirmado, en cierto modo, un hombra de esta clase. Tal es el orijen de esas maravillosas his- dorias que causan tanto terror a las niñas, aun cuando parezcan las mas ciertas; pues si se examinan con atencion, se encontra- rá que la malicia o la debilidad de los hombres han fomentado estos cuentos.»

XXXIX.

Varios efectos de la buena o mala conducta.

El que ha vivido mucho, ha tenido mucho tiempo de observar; ¡me complazco en comunicar mis reflecciones a las jóvenes. Sé mui bien que la esperiencia ajena muchas veces es insuficiente para guiar a las jóvenes que no tienen ninguna; con todo, fre- cuentemente el escuchar las lecciones de personas ancianas, ha» ce evitar grandes faltas, ahorra desgracias, lágrimas, i muchas veces un tardío arrepentimiento.

Conoci dos jóvenes hermanas nacidas en un mismo pueblo, i que entraron a servir aun mismo tiempo: la suerte muy dife- rente de dos personas tan enteramente iguales por nacimiento, manifiesta los males que acarrea una mala conducta, i prueba que la virtud por si sola puede conducir a la fortuna, sin ne- cesidad de acontecimientos romancescos. La historieta verda-