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En tl tan solo su esperanza fija; Ella llorando tu piedad implora y ¡Oh! déjale, Señor, déjale su hija !

GuiLLeRMO BLesT GANA.

XVL

Dos niñas.

FÁBULA.

Diverliase en bailar Una niña bulliciosa, En tanto que sin cesar Otra cosia afanosa. —Deja, tonta, la costura, Le decia la primera, ¡ Mira qué hermosa figura Me ha enseñado la bolera ! —Xo, amiga, pues si disfruto En el baile gran placer, No me deja ningun fruto Como me lo da el coser; Bien estoi aquí, por cierto,

Adornando mis raoñítas : Que a la par que me divierto Logro ponerlas bonitas.

De mamá cumplo además, Los encargos repetidos: Cose, mé dice, 1 sabrás, Mañana hacer tus vestidos.


Esta niña, sin querer, Nos dió la sabia leccion De que es bueno anteponer, A! transitorio placer, Dulce á útil distracción.

XVIL Adriana i las Habas. FÁBULA.

Por en medio de un habar Pasaba Adriana una tarde, 1 con desdeñosa voz Aquesto dijo á su madre:

« ¡Vaya una planta mezquina! Ni fraganle olor esparce, Ni tiene, como otras muchas, Hojas que a la vista encanten » -

Ko habria corrido un mes Cuando ambas paseantes Tornaron al mismo campo, Senlándose en medio a un valle.

«¡Ai que olor tan delicioso! Esclamó Adriana al instante; Mamá, mamá, este aroma ¿De qué planta ú yerba sale?

--Hija mia, es de esas habas Que von desprecio miraste, Cuando sin or todavía,

No perfumaban el aire. »

y Oh! niñas, tened presente Que bajo un grosero traje, Suele hallarse un corazon Tan puro como el de un ánjel.