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— 1% — mera victima, la hizo conducir a su casa i la salvó de la muerte curándole una gravísima herida.

Desde 1833 las desgracias domésticas persiguieron sin cesar a la señora Salas de Errázuriz: Ta muerle de su amante esposoi de varios de sus hijos postráronla nuevamente en camai agola- ron al fin sus fuerzas debilitadas. Restablecida completamente de su enfermedad, volvió de nuevo a su tarea fayorita de hacer el bieni de servira la humanidad que padece.

A consecuencia de la batalla de Longomilla (8 de diciembre de 1854), de triste memoría, centenares de heridos jemian en dos hospitales de Talca; la señora Salas de Errázuriz intentó trasladarse a aquella ciudad; pero no permitiéndoselo sus fuer zas ni su edad avanzada, mandó a sus hijas para que hiciesen sus veces, quedando ella encargada de recojer los auxilios que el pueblo de Santiago podia proporcionarle,


Los hospitales, el hospicio i casa de huérfanos se encontraban en aquella época en un estado miserable, a pesar de los esfuer= zos de algunas almas caritativas por levantarlos de su postra- cion; pero esta dicha solo estaba reservada a la señora Salas de Errázuriz, tal vez como un premio que la Divina Providencia le concedia, Tambien a su empeño es debido el establecimiento de la Sociedad de beneficencia de señoras que tuvo lugar en ju= lio de 1852 ¡que ha producido tantos frutos para el alivio del indijente, Esa Sociedad recordará siempre el celo con que la señora Salas de Erráguriz supo impulsar sus trabajos, la activi- dad i vigor de aquella alma caritativa, que, sobreponiéndose a sus dolencias fisicas i a la fatiga de los años, acudió siempre al clamor del necesitado i elevó su voz por todos los que sufrian.

Distribuido el cuidado de los establecimientos de beneficencia entre varias señoras socias, a fin de acudir mejor al remedio de sus necesidades, mui luego se notó en ellos, i especialmente en los hospitales, una transformacion complela : sus salones, que por falta de ventilacion i aseo no eran propios para seres huma»