Página:Suarez Tesoro Ninias.djvu/128

Esta página no ha sido corregida

— 120 —

tras de respeto, porque aun aquellos que no olvidaban sus ren= tores politicos rendian el homenaje de una apropiada compa- sion a sus grandes infortunios. Pero doña Javiera no venía propiamente a buscar en Chile una patrio, sino un hogar. Que= ria descubrir un sitio querido en que levantar á sus inmolados deudos un allar aparlado que ella consagraria con sus recuerdos i sus lágrimas. Los hombres, como las aves, llaman pronto suyo todo suelo que les concede un nido donde abrigar su compañera i su prole, fruto i lazo de sus dichas. —Para la her- mana de los tres mártires de Mendoza ese asilo, único que an- helaba su alma lastímada, era el nido de aquella feliz niñez que compartió cou ellos i que ofrecia todavía sombra i suslento para sus viejos años en las selvas de San Miguel.

Apénas hubo llegado a Chile, la señora Carrera dirijióse a aquella propiedad, en la que ha vivido por un espacio de cerca de cuarenta años. Ultimamente dejó aquel lecho, que ella hizo hospitalario para todos, solo con el objeto de acercarse al ce- menterio.

Solo cuatro años despues dle sn regreso a Chile, i muerto ya su esposo (1826), el escelente i bondadoso Diaz Valdez, vemos aparecer el nombre de la señora Carrera en los acontecimientos de su patria que tenian alguna significación política.

Pero esta única vez en que aquella mujer de corazon salió de su retiro, fué solo para pedir la espiacion de sus compatriotas sobre los manes de sus deudos, Todos saben las pomposas exe- quias que se hicieron 4 Jós restos de los Carreras, conducido desde Mendoza por una comision de chilenos autorizada por lei del Congreso nacional. Tuvo lugar aquella ceremonia el 14 de junio de 1828, durante la administracion del jeneral Pinto, a quien la señora Carrera contó, desde su infancia, entre sus mas leales amigos,

Desde aquel dia fúnebre, doña Javiera Carrera creyó dejar cumplida la mision que el amor de sus hermanos ¡ el entusiasmo