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que el gobierno habia confiscado como bienes del prófugo. Ella triunfó en ese pleito. El señor Marin le encargó desde entónces la ilimitada administracion de los intereses de la familia, debién- dose en gran parte a su buen manejo el haber dejado a su muerte un regular patrimonio.


El señor Marin comunicaba a su esposa desde las provincias arjentinas todas las noticias que podian interesar a los patriotas que aquí quedaron, i ella los reunia en su casa o los huscaba cau- telosamente para leerles esas cartas i reanimar los espiritus aba- tidos. Al fin, llegó la carta mas deseada la que anunciaba que una espedicion lilertadora estaba alistándose, que la comandaria el jeneral San Martin, jefe de tales í cuales prendas, ron muchos interesantes pormenores que hacen sentir ahora mas que nunca la destruccion de ese documento. Todus los amigos de confianza fueron luego instruidos de su contenido, ¡el secreto se conser- baba como el tesoro de un avaro. Pero un día fuéa visitarla su paisano el cura Garro (despues canónigo de Ja eatedral de Santia- go) i viéndole la señora Recabárren mui abatido al contemplar la melancólica perspectiva que esla ciudad ofrecía en 1816, en un momento de irrellexiva compasion, le dijo : «ánimo, amigo mio estos males tendrán pronto término, San Martin viene á libertar- nos de este yugo ominoso. — ¿Cómo, cuándo ? — Reserva, curi- -Mé aquila carta de Marin que nos lo asegura »......Gar- ro rehosó de júbilo al oir leer la carta; i, como los gozos, así co- mo pesares, suelen oprimir el corazon de tal manero que es pre- ciso alijerarlo del peso, nuestro buen cura fuéa eonsolar con la noticia a Laviña, Laviñia la comunicó i su vecino Palazuelos Al- dunale, i éste tuvo la lijereza de pasarla a Pisana, quien sobre la marcha la traseribió al presidente Marcó, exijiéndole caballero- samente las seguridades de que nadie seria molestado; promesa que Marcó cumplió. Esta era tal vez la primera noticia fidedigna que el gobierno recibia de la espedicion que pronto debia alejar de la capital a sus odiosos opresores. Descubierta por la señora