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pañera de los goces i penas de la vida un alina desu temple, o aquella en que advierte semillas fecundas de victud i talentos que él se complaceria en cultivar. 4 lo edad de veintei cuatro años el doctor don Gaspar Maria, galan apasionado, entusiasta, brillan- te por su jenio, ¡afiliado ya en la carrera de las leyes, única que en esos liempos daba entrada a los pocos honores accesibles a. los americanos, cuando quizá recibia los agasajos de muchas fa milias o hacia palpitar el corazon de una bella sensible al mérito vw ala conveniencia, tuvo la felicidad de descubrir en doña Luisa mucho mas de lo que pudiera lisonjear sus aspiraciones, i la dis- crecion de aprovechar uno oportunidad que no todos hallan, por grande que sea la diligencia con que algunos la busquen. Doña Luisa le dió su mano a la edad de diezi nueve años, i llegó a ser para él, en épocas de conflictos i tribulaciones, el ángel guardian de su familia e intereses.





La educacion de Ja familia bastaba para ocupar todas las horas del dia en aquellos tiempos dichosos en que ni las reyertas pesa- dasi descomedidas de los diarios, ni los hrascos ataques a un elero de cuya mayoría debiéramos gloriarnos, ni los rumores de sediciones imajinarias i verdaderas, ni la ópera, ni la filarmóni- ca, ui las exijencias del Injo, turbaban el reposo doméstico ni la paz pública. La señora Recabárren se consagraba al camplimien- to de este deber con la devocion deuna madre que conoce su mision santa en la tierra, 1, cual la buena madre de Lamartine, imbuia en los corazones de sus hijos desde lamas tierna inlan- cia aquella instruccion sólida en la relijion i piedad que, en el discurso de la vida, nos ahorra tantos errores ¡ estravios, nos li bra de tantas amarguras ¿ nos prodiga tan deliciosos consuelos. Su hijo Ventura tenia apénas scis años i ya comprendia 1 espli- caba el catecismo de Fleuri, ya habia estudiado el catecismo de la infancia, ya se entretenia con las Veladas de la Quinta i otros libros de sustanciosa instruccion, ¡a los nueve años meditaba el admirable discurso de Bossuet sobre la Mistoria Universal. Su