—-%-—
convierte para ella en una opinion permanente de caridad, que, como una fuente, derrama, durante todo el resto desu. vida, so- coros, auxilios, consuelos ¡ favores sobre las partes doloridas de la sociedad, las cárceles, los presidios, la casa de correccion, Jos hospitales, la muchedurabre menesterosa i los mendigos.
Entre los pocos papeles que ha dejado despues de su muerte, figuran en voluminoso catálogo cartas de presidarios de Juan Fer- nandez, de condenados a muerle que la imploran, ide centenares de afijidos, en las cuales i en caractéres de presidio están los ves- tijios de murhos de esos dramas terribles de la vida humana, tan estremas i sorprendentes, que nuestra época la apellidado mmás- ferios cu las eyandes ciudades; pero hai un documento público gue resume la vida entera de esta mujer singular. Ilasta poco tiempo ¿vutes de su fallecimiento, estaba fijado en las alcaidias de las circeles un decreto del Presidente de la República, ordenan- do que estuviesen sin escepcion alguna abierlos los calabozos a doña Paula Jara, i comunicados todos los reos; pues en esla tris- te ¡odiosa seccion de la administracion pública, aquella mujer habia conquistado una posicion intermediaria entre el jueziel verdugo, que la lei hubo de sancionar.
Habíase apoderado de las cárceles i de todos tos lugares de espiacion i «le padecimiento. En lacárcel principal de Santiago tenia establecida una fiesta el 19 de cada mes, en la que, con- virtiéndose en templo la mansion del crimen, se administraban auxilios a los reos, adoctrivándolos ella de antemano, y predican- do con fervor i mucion delante de aquella siniestra congrega cion. Celebraba ei 19 la conmemoración de San José, el santo de su devucion, i por uma coincidencia que pudiera no ser mas que un mismo suceso, dia de la derrota de Cancha-Rayada, el recuerdo mas grato a su memoria, por cuanto habia sido el orijen desgraciado de su glorioso renombrei podido servir a su patria aflijida. Los reos sentenciados a muerle quedaban desde ese momento entregados a ella,i sus cuidados, sus exhortacio-