Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo I (1927).pdf/35

Esta página no ha sido corregida
33
 

á pasatiempos de buena conversacion; mas puesta en la ocasión, estaba en la mano el peligro, y ponia en él á mi padre y hermanos: de los cuales me libró Dios, de manera que se parece bien procuraba contra mi voluntad que del todo no me perdiese; aunque no pudo ser tan secreto, que no hubiese harta quiebra de mi honra, y sospecha en mi padre. Porque no me parece habia tres meses que andaba en estas vanidades, cuando me llevaron á un monesterio que habia en este lugar, adonde se criaban personas semejantes, aunque no tan ruines en costumbres como yo; y esto con tan gran disimulacion, que sola yo y algun deudo lo supo, porque aguardaron á coyuntura, que no pareciese novedad; porque haberse mi hermana casado, y quedar sola sin madre, no era bien. Era tan demasiado el amor, que mi padre me tenia, y la mucha disimulacion mia, que no habia creer tanto mal de mí, y ansí no quedó en desgracia conmigo. Como fué breve el tiempo, aunque se entendiese algo, no debía ser dicho con certinidad; porque como yo temia tanto la honra, todas mis diligencias eran en que fuese secreto, y no miraba que no podia serlo á quien todo lo ve. ¡Oh Dios mio, qué daño hace en el mundo tener esto en poco, y pensar que ha de haber cosa secreta, que sea contra vos!

Tengo por cierto, que se escusarian grandes males, si entendiésemos, que no está el negocio en guardarnos de los hombres, sino en no nos guardar de descontentaros á vos.

Los primeros ocho dias sentí mucho, y mas la SANTA TERESA DE JESUS.—T. L 3