Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo I (1927).pdf/30

Esta página no ha sido corregida
28
 

fuíme á una imágen de Nuestra Señora, y supliquéla fuese mi madre con muchas lágrimas. Paréceme que aunque se hizo con simpleza, que me ha valide; porque conocidamente he hallado á esta Vírgen soberana en cuanto me he encomendado á ella, y en fin me ha tornado á sí. Fatigame ahora ver y pensar en qué estuvo el no haber yo estado entera en los buenos deseos que comencé. ¡Oh Señor mio! pues parece teneis determinado que me salve, plega á vuestra Majestad sea ansí; y de hacerme tantas mercedes como me habeis hecho, ¡no tuviérades por bien, no por mi ganancia, sino por vuestro acatamiento, que no se ensuciara tanto posada, adonde tan continuo habíades de morar?

Fatigame, Señor, aun decir esto, porque sé que fué mia toda la culpa; porque no me parece os quedó á vos nada por hacer, para que desde esta edad no fuera toda vuestra. Cuando voy á quejarme de mis padres tampoco puedo, porque no via en ellos sino todo bien, y cuidado de mi bien.

Pues pasando de esta edad, que comencé á entender las gracias de naturaleza, que el Señor me habia dado, que segun decian eran muchas, cuando por ellas le habia de dar gracias, de todas me comencé á ayudar para ofenderle, como ahora diré.