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de piadad. Era de gran verdad, jamás nadie le oyó jurar ni murmurar. Muy honesto en gran manera.

Mi madre tambien tenia muchas virtudes, y pasó la vida con grandes enfermedades. Grandísima honestidad: con ser de harta hermosura, jamás se entendió que diese ocasion á que ella hacia caso de ella; porque con morir de treinta y tres años, ya su traje era como de persona de mucha edad; muy apacible y de harto entendimiento. Fueron grandes los trabajos que pasaron el tiempo que vivió; murió muy cristianamente. Eramos tres hermanas y nueve hermanos; todos parecieron á sus padres, por la bondad de Dios, en ser virtuosos, sino fuí yo, aunque era la mas querida de mi padre; y antes que comenzase á ofender á Dios, parece tenia alguna razon, porque yo he lástima, cuando me acuerdo las buenas inclinaciones que, el Señor me habia dado, y cuán mal me supe aprovechar de ellas. Pues mis hermanos ninguna cosa me desayudaban á servir á Dios.

Tenia uno casi de mi edad (1), juntábamonos entramos á leer vidas de santos, que era el que yo mas queria, aunque á todos tenia gran amor y ellos á mí; como vía los martirios, que por Dios los santos pasaban, pareciame compraban muy barato el ir á gozar de Dios, y deseaba yo mucho morir ansí, no por amor que yo entendiese tenerle, sino por gozar tan en breve de los grandes bienes que leia haber en el cielo y juntábame con este mi (1) Supónese que este era su hermano Rodrigo,