Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo I (1927).pdf/230

Esta página no ha sido corregida
228
 

el tiempo la deja el mesmo Señor con perfecion en las virtudes? Esto quiero yo saber, que no lo sé:

mas bien sé es diferente lo que Dios deja de fortaleza, cuando á el principio no dura mas que cerrar y abrir los ojos, y casi no se siente sino en los efetos que deja, ó cuando va mas á la larga esta merced. Y muchas veces paréceme á mí, si es el no se disponer del todo luego el alma hasta que el Señor poco a poco la cria, y la hace determinar y da fuerzas de varon, para que dé del todo con todo en el suelo, como lo hizo con la Madalena con brevedad; hácelo en otras personas, conforme á lo que ellas hacen en dejar á su Majestad hacer; no acabamos de creer, que aun en esta vida da Dios ciento por uno.

Tambien pensaba yo esta comparacion, que puesto que sea todo uno lo que se da á los que mas adelante van, que en el principio es como un manjar, que comen de él muchas personas, y las que comen poquito, quédales solo buen sabor por un rato, las que mas ayuda á sustentar: las que comen mucho, da vida y fuerza, y tantas veces se puede comer y tan cumplido de este manjar de vida, que ya no coman cosa que les sepa bien, sino él, porque ve el provecho que le hace; y tiene ya tan hecho el gusto á esta suavidad, que querria mas no vivir, que haber de comer otras cosas, que no sean sino para quitar el buen sabor, que el buen manjar dejó. Tambien una compañía santa no hace su conversacion tanto provecho de un dia, como de muchos, y tantos pueden ser los que es-