Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo I (1927).pdf/225

Esta página no ha sido corregida
223
 

dichos hemos visto) claro está, que aunque no queramos, se quita esta presencia. Entonces vaya enhorabuena: dichosa tal pérdida que es para gozar mas de lo que nos parece se pierde; porque entonces se emplea al alma toda en amar á quien el entendimiento ha trabajado conocer, y ama lo que no comprendió, y goza de lo que no pudiera tambien gozar, si no fuera perdiéndose á sí, para, como digo, mas ganarse. Mas que nosotros de maña, y con cuidado nos acostumbremos á no procurar con todas nuestras fuerzas traer delante siempre (y pluguiese al Señor fuese siempre) esta sacratísima Humanidad, esto digo, que no me parece bien, y que es andar el alma en el aire, como dicen; porque parece no trae arrimo, por mucho que le parezca anda llena de Dios. Es gran cosa, mientra vivimos y somos humanos, traerle humano; que este es el otro inconveniente, que digo hay.

El primero, ya comencé á decir, es un poco de falta de humildad, de quererse levantar el alma, hasta que el Señor la levante, y no contentarse con mediar cosa tan preciosa, y querer ser María, antes que haya trabajado con Marta. Cuando el Señor quiere que lo sea, aunque sea desde el primer dia, no hay que temer; mas comidámonos nosotros, como ya creo otra vez he dicho. Esta motita de poca humildad, aunque no parece es nada, para querer aprovechar en la contemplacion, hace mucho daño.

Tornando al segundo punto, nosotros no somos ángeles, sino tenemos cuerpo: querernos hacer án-