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ó pensase me han de creer, porque los encomiendo á Dios mucho, y querria me aprovechase. Todo lo hace aventurar la vida, que deseo muchas veces estar sin ella, y era por poco precio, aventurar á ganar mucho; porque no hay ya quien viva, viendo por vista de ojos el gran engaño en que andamos, y la ceguedad que traemos.

Llegada un alma aquí, no es solo deseos lo que tiene por Dios: su Majestad la da fuerzas para ponerlos por obra. No se le pone cosa delante, en que piense le sirve, á que no se abalance, y no hace nada, porque, como digo, ve claro, que no es todo nada, sino contentar á Dios. El trabajo es, que no hay que se ofrezca á las que son de tan poco provecho como yo. Sed vos, Bien mio, servido; venga algun tiempo en que yo pueda pagar algun cornado de lo mucho que os debo. Ordenad vos, Señor, como fuéredes servido, como esta vuestra sierva os sirva en algo. Mujeres eran otras, y han hecho cosas heróicas por amor de vos; yo no soy para mas de parlar, y ansí no quereis vos, Dios mio, ponerme en obras: todo se va en palabras y deseos, cuanto he de servir, y aun para esto no tengo libertad, porque por ventura faltara en todos. Fortaleced vos mi alma, y disponedla primero bien de todos los bienes, y Jesus mio, y ordenad luego modos como haga algo por vos, que no hay ya quien sufra recibir tanto y no pagar nada: cueste lo que costare, Señor, no querais que vaya delante de vos tan vacias las manos, pues conforme á las obras se ha de dar