Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo I (1927).pdf/169

Esta página no ha sido corregida
167
 

gran aparejo, para que en tiniendo tiempo de soledad, ó desocupacion de negocios, venga el alma á muy sosegada quietud. Es un andar como una persona que está en sí satisfecha, que no tiene necesidad de comer, sino que siente el estómago contento, de manera, que no á todo manjar arrostraría; mas no tan harta, que si los ve buenos, deje de comer de buena gana: ansí no le satisface, ni querria entonces contento del mundo, porque en sí tiene el que le satisface mas; mayores contentos de Dios, deseos de satisfacer su deseo, de gozar mas de estar con él: esto es lo que quiere.

Hay otra manera de union, que aun no es entera union, mas es mas que la que acabo de decir; y no tanto, como la que se ha dicho de esta tercer agua. Gustará vuesa merced mucho de que el Señor se las dé todas, si no las tiene ya, de hallarlo escrito, y entender lo que es, porque una merced es, dar el Señor la merced, y otra es entender, qué merced es y qué gracia; y otra es saber decirla y dar á entender como es; y aunque no parece es menester mas de la primera, para no andar el alma confusa y medrosa, é ir con más ánimo por el camino del Señor, llevando debajo de los pies todas las cosas del mundo, es gran provecho entenderlo, y merced; porque cada una es razon alabe mucho al Señor, quien la tiene y quien no, porque la dió su Majestad á alguno de los que viven, para que nos aprovechase á nosotros. Ahora pues acaece muchas veces esta manera de union, que quiero decir (en especial á mí, que me hace Dios esta