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CAPITULO XVI

Trata del tercer grado de oracion, y va declarando cosas muy sabidas, y lo que puede el alma que llega aquí, y los efetos que hacen esas mercedes tan grandes del Señor. Es muy para levantar el espiritu en alabanzas de Dios, y para gran consuelo de quien llegare aquí.

Vengamos ahora á hablar de la tercera agua con que se riega esta huerta, que es agua corriente de rio ú de fuente, que se riega muy á menos trabajo, aunque alguno da el encaminar el agua. Quiere el Señor aquí ayudar á el hortolano de manera, que casi él es el hortolano, y el que lo hace todo.

Es un sueño de las potencias, que ni del todo se pierden, ni entienden como obran. El gusto y suavidad y deleite es mas sin comparacion que lo pasado; es que da el agua de la gracia á la garganta á esta alma, que no pueda ya ir adelante, ni sabe cómo, ni tornar atrás: querria gozar de grandísima gloria. Es como uno que está con la candela en la mano, que le falta poco para morir muerte que la desea. Está gozando en aquel agonía con el mayor deleite que se puede decir: no me parece que es otra cosa, sino un morir casi del todo á todas las cosas del mundo, y estar gozando de Dios.

Yo no sé otros términos como lo decir, ni como lo