Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo I (1927).pdf/146

Esta página no ha sido corregida
144
 

ingratitud: porque aun ya della algun bien ha sacado vuestra infinita bondad; y mientras mayor mal, mas resplandece el gran bien de vuestras misericordias. Y con cuánta razon las puedo yo para siempre cantar? Suplícoos yo, Dios mío, sea ansí, y las cante yo sin fin, ya que habeis tenido por bien de hacerlas tan grandísimas conmigo, que espantan á los que las ven, y á mí me sacan de mí muchas veces, para poder mijor alabaros á vos, que estando en mí sin vos, no podria, Señor mío, nada, sino tornar á ser cortadas estas flores de este huerto, de suerte que esta miserable tierra tornase á servir de muladar, como antes. No lo primitais, Señor, ni querais se pierda alma que con tantos trabajos comprastes, tantas veces de nuevo la habeis tornado á rescatar, y quitar de los dientes del espantoso dragon. Vuesa merced me perdone, que salgo de propósito, y como hablo á mi propósito, no se espante, que es como toma á el alma lo que se escribe, que á las veces hace harto de dejar de ir adelante en alabanzas de Dios, como se le representa, escribiendo lo mucho que le debe. Y creo no le hará á vuesa merced mal gusto, porque entramos, me parece, podemos cantar una cosa, aunque en diferente manera; porque es mucho mas lo que yo debo á Dios, porque me ha perdonado mas, como vuesa merced sabe.