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en verdad, yo mas le querria sin oracion: y es gran cosa letras, porque estas nos enseñan á los que poco sabemos y nos dan luz; y llegados á verdades de la Sagrada Escritura, hacemos lo que debemos: de devociones á bobas nos libre Dios. Quiérome declarar mas, que creo me meto en muchas cosas. Siempre tuve esta falta de no me saber dar á entender, como he dicho, sino á costa de muchas palabras. Comienza una monja á tener oracion, si un simple la gobierna, y se le antoja, harále entender que es mejor que le obedezca á él, que no á su superior, y sin malicia suya, sino pensando, acierta. Porque si no es de religion, parecerle ha, es ansí; y si es mujer casada dirála, que es mijor cuando ha de entender en su casa, estarse en oracion, aunque descontente á su marido: ansí que no sabe ordenar el tiempo ni las cosas para que vayan conforme á verdad por faltarle á él la luz, no la da á los otros aunque quiera. Y aunque para esto no son menester letras, mi opinion ha sido siempre, y será, que cualquier cristiano procure tratar con quien las tenga buenas, si se puede, y mientras mas mijor; y los que van por camino de oracion, tienen desto mayor necesidad, y mientras mas espirituales, mas. Y no se engañen con decir que letrados sin oracion no son para quien la tiene: yo he tratado hartos, porque de unos años acá lo he mas procurado con la mayor necesidad, y siempre fuí amiga dellos, que aunque algunos no tienen expiriencia, no aborrecen el espíritu ni le ignoran; porque en la