Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo I (1927).pdf/129

Esta página no ha sido corregida
127
 

soy tan enferma, hasta que me determiné en no hacer caso del cuerpo ni de la salud, siempre estuve atada sin valer nada; y ahora hago bien poco.

Mas como quiso Dios entendiese este ardid del demonio, y como me ponía delante el perder la salud, decía yo poco va en que me muera: si jel descanso! no he ya menester descanso, sino cruz!

ansí otras cosas. Vi claro, que en muy muchas, aunque yo de hecho soy harto enferma, que era tentación del demonio ó flojedad mia; que despues que no estoy tan mirada y regalada, tengo mucha mas salud. Ansí que va mucho á los principios de comenzar oracion, á no amilanar los pensamientos; y créanme esto, porque lo tengo por expiriencia. Y para que escarmienten en mí, aun podria aprovechar decir estas mis faltas.

Otra tentacion es luego muy ordinaria, que es desear, que todos sean muy espirituales, como comienzan á gustar del sosiego y ganancia que es.

El desearlo no es malo, el procurarlo podria ser no bueno, si no hay mucha discrecion y disimulacion en hacerse de manera, que no parezca enseñan; porque quien hubiere de hacer algun provecho en este caso, es menester que tenga las virtudes muy fuertes para que no dé tentacion á los otros. Acaecióme á mí, y por eso lo entiendo, cuando (como he dicho) procuraba que otras tuviesen oracion, que como por una parte me vian hablar grandes cosas del gran bien que era tener oracion, y por otra parte me vian con gran pobreza de virtudes tenerla yo, traíalas tentadas y desatinadas; y con