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anda en justicia, y vamos asidos á virtud: mas es paso de gallina, nunca con él se llegará a libertad de espíritu. Manera de proceder muy buena me parece para estado de casados, que han de ir conforme á su llamamiento; mas para otro estado, en ninguna manera deseo tal manera de aprovechar, ni me harán creer es buena, porque la he probado.

Y siempre me estuviera ansí, si el Señor por su bondad no me enseñara otro atajo.

Aunque en esto de deseos siempre los tuve grandes, mas procuraba esto, que he dicho, tener oracion, mas vivir á mi placer. Creo, si hubiera quien me sacara á volar mas, me hubiera puesto en que estos deseos fueran con obra; mas hay por nuestros pecados, tan pocos, tan contados, que no tengan discrecion demasiada en este caso, que creo es harta causa, para que los que comienzan no vayan mas presto á gran perfecion; porque el Señor nunca falta ni queda por él: nosotros somos los faltos y miserables.

Tambien se pueden imitar los santos en procurar soledad y silencio y otras muchas virtudes, que no nos matarán estos negros cuerpos, que tan concertadamente se quieren llevar, para desconcertar el alma; y el demonio ayuda mucho á hacerlos inhábiles. Cuando ve un poco de temor, no quiere él mas para hacernos entender, que todo nos ha de matar y quitar la salud: hasta en tener lágrimas nos hace temer de cegar. He pasado por esto, y por eso lo sé; y no sé yo qué mijor vista ni salud podemos desear, que pederla por tal causa. Como