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que no sea luego, podrémos llegar á lo que muchos santos con su favor; que si ellos nunca se determinaran á desearlo, y poco á poco á ponerlo por obra, no subieran á tan alto estado. Quiere su Majestad, y es amigo de ánimas animosas, como vayan con humildad y ninguna confianza de sí, y no he visto ninguna de estas que quede baja en este camino y ningun alma cobarde, aun con amparo de humildad, que en muchos años ande lo que estos otros en muy pocos. Espántame lo mucho que hace en este camino animarse á grandes cosas; aunque luego no tenga fuerzas el alma da un vuelo, y llega á mucho, aunque como avecita, que tiene pelo malo, cansa y queda.

Otro tiempo traia yo delante muchas veces lo que dice san Pablo, que todo se puede en Dios: en mi bien entendia no podia nada. Esto me aprovechó mucho, y lo que dice san Agustin: Dame, Señor, lo que me mandas y manda lo que quisieres.

Pensaba muchas veces que no habia perdido nada san Pedro en arrojarse en la mar, aunque despues temió. Estas primeras determinaciones son gran cosa, aunque en este primer estado es menester irse mas deteniendo, y atados á la discrecion y parecer de maestro: mas han de mirar que sea tal, que no los enseñe á ser sapos, ni que se contente con que se muestre el alma á solo cazar lagartijas.

Siempre la humildad delante, para entender que no han de venir estas fuerzas de las nuestras.

Mas es, menester entendamos cómo ha de ser esta humildad; porque creo el demonio hace mu-