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miento, porque le suspende Dios (1), como despues declararé mas, si supiere y él me diere para ello su favor. Presumir ni pensar de suspenderle nosotros, es lo que digo no se haga, ni se deje de obrar con él; porque nos quedarémos bobos y frios, y ni harémos lo uno ni lo otro. Que cuando el Señor le suspende y hace parar, dále de que se espante y se ocupe; y que sin discurrir entienda mas en un credo, que nosotros podemos entender con todas nuestras diligencias de tierra en muchos años. Ocupar las potencias del ánima, y pensar hacerlas estar quedas, es desatino: y torno á decir que, aunque no se entiende, es de no gran humildad, aunque no con culpa, con pena sí, que será trabajo perdido, y queda el alma con un desgustillo, como quien va á saltar y le asen por detrás, (1) El suspender Dios el pensamiento, o entendimiento, de que habla aqui la Santa Madre, y lo llama mística teología, es presenstarle delante un bulto de cosns sobrenaturales y divinas, e infundir sen él gran copia de luz para que las ven con una vista simple y sin discurso, ni consideracion, ni trabajo. Y esto con tanta fuerza, que no puede atender a otra cosa, ni divertirse. Y no pára el negocio en solo ver y admirar, sino pasa la luz a la voluntad, y tórnase fuego en ella, que la enciende en amor. De manera, que quien sesto padece, por el tiempo que lo padece, tiene el entendimiento senclavado en lo que ve, y espantado dello, y la voluntad ardiendo sen amor dello mismo, y la memoria del todo ociosa; porque el alma ocupada con el gozo presente, no admite otra memoria.

Pues de este elevamiento, ó suspension, dice, que es sobrenatural, quiere decir, que nuestra alma en ello mas propiamente padece que hace. Y dice que nadie presuma elevarse desta manera, antes que le eleven; lo umo, porque excede toda nuestra industria, y sansi será en balde; lo otro, porque será falta de humildad. Y avisa desto la Santa Madre con grande cansa, porque hay libros de oracion que aconsejan á los que oran, que suspendan el pensamiento totalmente, y que no figuren en la imaginacion cosa ninguna, ni kaun resuellen, de que sucede quedarse frios é indevotos.

Esta nota no se halla en la edicion de Fray Luis de León. Hállase en la de Foppens y en todas las siguientes.