Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo II (1927).pdf/93

Esta página no ha sido corregida
91
 

de hacerle estar quedo un Credo. Algunas veces me rio y conozco mi miseria, y estoyle mirando, y déjole á ver que hace; y, gloria á Dios, nunca por maravilla va á cosa mala, sino indiferentes, si algo hay que hacer aquí y allí y acullá. Conozco mas entonces la grandísima merced, que me hace el Señor, cuando tiene atado este loco en perfeta contemplacion. Miro, qué seria si me viesen este desvarío las personas que me tienen por buena.

He lástima grande á el alma de verla en tan mala compañía. Deseo verla con libertad, y ansí digo al Señor—¿Cuándo, Dios mío, acabaré ya de ver mi alma junta en vuestra alabanza, que os gocen todas las potencias? No primitais, Señor, sea ya mas despedazada, que no parece sino que cada pedazo anda por su cabo. Esto paso muchas veces: algunas bien entiendo le hacer harto al caso la poca salud corporal. Acuérdome mucho del daño, que nos hizo el primer pecado, que de aquí me parece nos vino ser incapaces de gozar tanto bien, y deben ser los míos, que si yo no hubiera tenido tantos, estuviera mas entera en el bien.

Pasé tambien otro gran trabajo, que como todos los libros que leia, que tratan de oracion, me perecia los entendia todos, y que ya me habia dado aquello el Señor, que no los habia menester, y ansí no los leia, sino vidas de santos, que como yo me hallo tan corta en lo que ellos servian á Dios, esto parece me aprovecha, y anima. Parecíame muy poco humildad pensar yo habia llegado á tener aquella oracion; y como no podia