Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo II (1927).pdf/92

Esta página no ha sido corregida
90
 

mercedes. No me parece, sino que sale el alma del crisol, como el oro, mas afinada y glorificada para ver en sí al Señor; y ansí se hacen despues pequeños estos trabajos, con parecer incomportables, y se desean tornar á padecer, si el Señor se ha de servir mas de ello. Y aunque haya mas tribulaciones y persecuciones, como se pasen sin ofender al Señor, sino holgándose de padecerlo por El, todo es para mayor ganancia: aunque como se han de llevar, no los llevo yo, sino harto imperfetamente. Otras veces me venian de otra suerte, y vienen, que de todo punto me parece se me quita la posibilidad de pensar cosa buena, ni desearla hacer, sino un alma y cuerpo del todo inútil, y pesado; mas, no tengo con esto estotras tentaciones, y desasosiegos, sino un desgusto, sin entender de qué, ni nada contenta á el alma.

Procuraba hacer buenas obras esteriores, para ocuparme, medio por fuerza, y conozco bien lo poco que es un alma cuando se asconde la gracia:

no me daba mucha pena, porque este ver mi bajeza me daba alguna satisfacion. Otras veces me hallo, que tampoco cosa formada puedo pensar de Dios, ni de bien, que vaya con asiento, ni tener oracion, aunque esté en soledad, mas siento que lo conozco. El entendimiento y imaginacion entiendo yo es aquí lo que me daña; que, la voluntad buena me parece á mí que está, y dispuesta para todo bien; mas este entendimiento está tan perdido, que no parece sino un loco furioso, que nadie le puede atar, ni soy señora