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todo lo marida, y todo lo gobierna, y todo lo hinche su amor.

Es muy mucho de estimar esta vision, y sin peligro, á mi parecer; porque en los efetos se conoce no tiene fuerza aquí el demonio. Paréceme, que tres ú cuatro veces me ha querido representar de esta suerte al mesmo Señor, en representacion falsa: toma la forma de carne, mas no puede contrahacerla con la gloria, que cuando es de Dios. Hace representaciones para deshacer la verdadera vision, que ha visto el alma, mas ansí la resiste de sí y se alborota y se desabre y inquieta, que pierde la devocion y gusto que antes tenia, y queda sin ninguna oracion. A los principios fué esto, como he dicho, tres ú cuatro veces. Es cosa tan diferentísima, que aun quien hubiere tenido sola oracion de quietud, creo lo entenderá por los efetos, que quedan dichos en las hablas. Es cosa muy conocida, y si no se quiere dejar engañar un alma, no me parece la engañará, si anda con humildad y simplicidad. A quien hubiere tenido verdadera vision de Dios, desde luego casi se siente; porque aunque comienza con regalo y gusto, el alma lo lanza de sí; y aun, a mi parecer, debe ser diferente el gusto, y no muestra apariencia de amor puro y casto; y muy en breve da á entender quien es.

Ansí, que donde hay espiriencia, á mi parecer, no podrá el demonio hacer daño. Pues ser imaginacion esto, es imposible de toda imposibilidad; ningun camino lleva, porque sola la hermosura y blancura de una mano es sobre toda nuestra ima-