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su miseria, que no la pueden inorar. Aquí la confusion y verdadero arrepentimiento de los pecados, que aun con verle que muestra amor, no sabe adonde se meter, y ansí se deshace toda. Digo, que tiene tan grandísima fuerza esta vision, cuando el Señor quiere mostrar á el alma mucha parte de su grandeza y majestad, que tengo por imposible, si muy sobre natural no la quisiese el Señor ayudar, con quedar puesta en arrobamiento y éstasi (que pierde el ver la vision de aquella divina presencia, con gozar) seria, como digo, imposible sufrirla ningun sugeto. Es verdad que se olvida despues. Tan imprimida queda aquella majestad y hermosura, que no hay poderla olvidar, sino es cuando quiere el Señor que padezca el alma una sequedad y soledad grande, que diré adelante; que aun entonces de Dios parece se olvida. Queda el alma otra, siempre embebida: parécele comienza de nuevo amor vivo de Dios en muy alto grado, á mi parecer; que aunque la vision pasada, que dije que representa á Dios sin imágen, es mas subida, que para durar la memoria conforme á nuestra flaqueza, para traer bien ocupado el pensamiento, es gran cosa el quedar representada, y puesta en la imaginacion tan divina presencia. Y casi vienen juntas estas dos maneras de vision siempre; y aun es ansí que lo vienen, porque con los ojos del alma vése la ecelencia y hermosura y gloria de la santísima Humanidad: y por estotra manera, que queda dicha, se nos da á entender como es Dios y poderoso, y que todo lo puede, y