Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo II (1927).pdf/60

Esta página no ha sido corregida
58
 

conforme á mi flaqueza natural. Sea bendito por siempre, porque tanta gloria junta, tan bajo y ruin sugeto no la pudiera sufrir, y como quien esto sabia, iba el piadoso Señor dispuniendo.

Parecerá á vuesa merced que no era menester mucho esfuerzo para ver unas manos y rostro tan hermoso: sónlo tanto los cuerpos glorificados, que la gloria que train consigo, ver cosa tan sobrenatural y hermosa, desatina; y ansí me hacia tanto temor, que toda me turbaba y alborotaba, aunque despues quedaba con certidumbre y siguridad, y con tales efetos, que presto se perdia el temor.

Un dia de san Pablo, estando en misa, se me representó toda esta Humanidad sacratísima, como se pinta resucitado, con tanta hermosura y majestad, como particularmente escribí á vuesa merced cuando mucho me lo mandó. Y haciase harto de mal, porque no se puede decir, que no sea deshacerse; mas lo mijor que supe ya lo dije, y ansí no hay para que tornarlo á decir aquí: solo digo, que cuando otra cosa no hubiese para deleitar la vista en el cielo, sino la gran hermosura de los cuerpos glorificados, es grandísima gloria; en especial ver la Humanidad de Jesucristo Señor nuestro: aun acá que se muestra su Majestad conforme á lo que puede sufrir nuestra miseria, ¿qué será adonde del todo se goza tal bien? Esta vision, aunque es imaginaria, nunca la vi con los ojos corporales, ni ninguna, sino con los ojos del alma. Dicen los que lo saben mijor que yo, que es mas perfeta la pasada que esta, y esta mas mucho, que las que se