Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo II (1927).pdf/25

Esta página no ha sido corregida
23
 

CAPITULO XXV

En que trata del modo y manera cómo se entienden estas hablas, que hace Dios al alma sin oirse, y de algunos engaños, que puede haber en ello; y en qué se conocerá cuando lo es. Es de mucho provecho para quien se viere en este grado de oracion, porque se declara muy bien, y de harta doctrina.

Paréceme será bien declarar, cómo es este hablar que hace Dios á el alma, y lo que ella siente, para que vuesa merced lo entienda; porque, desde esta vez que he dicho que el Señor me hizo esta merced, es muy ordinario hasta ahora, como se verá en lo que está por decir. Son unas palabras muy formadas, mas con los oidos corporales no se oyen, sino entiéndese muy mas claro que si se oyesen; y dejarlo de entender, aunque mucho se resista, es por demás. Porque cuando acá no queremos oir, podemos tapar los oidos, ú advertir otra cosa, de manera, que aunque se oya, no se entienda. En esta plática que hace Dios á el alma, no hay remedio ninguno, sino que aunque me pese, me hacen escuchar, y estar el entendimiento tan entero para entender lo que Dios quiere entendamos, que no basta querer ni no querer. Porque el que todo lo puede, quiere que entendamos se ha de hacer lo que quiere, y se muestra Señor verdadero