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será en lo que solo Dios sabe? y lo mostró bien su Majestad cuando pagó tanto á los postreros, como á los primeros.

Es en tantas veces las que he escrito estas tres hojas, y en tantos dias, porque he tenido y tengo, como he dicho, poco lugar, que se me habia olvidado lo que comencé á decir, que era esta vision.

Víme estando en oracion en un gran campo á solas: en derredor de mí mucha gente de diferentes maneras, que me tenian rodeada: todas me parece tenian armas en las manos para ofenderme, unas lanzas, otras espadas, otras dagas y otras estoques muy largos. En fin, yo no podia salir por ninguna parte, sin que me pusiese á peligro de muerte, y sola, sin persona que hallase de mi parte.

Estando mi espíritu en esta aflicion, que no sabia qué me hacer, alcé los ojos al cielo, y ví á Cristo (no en el cielo, sino bien alto de mí en el aire) que tendia la mano hácia mí, y desde allí me favorecia, de manera, que yo no temia toda la otra gente, ni ellos, aunque querian, me podian hacer daño.

Parece sin fruto esta vision, y hame hecho grandísimo provecho, porque se me dió á entender lo que significaba; y poco después me ví casi en aquella batería, y conocí ser aquella vision un retrato del mundo, que cuanto hay en él parece tiene armas para ofender á la triste alma. Dejemos los que no sirven mucho á el Señor y honras y haciendas y deleites y otras cosas semejantes, que está claro, que cuando no se cata se ve enredada, al menos procuran todas estas cosas enredar mas