Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo II (1927).pdf/190

Esta página no ha sido corregida
188
 

CAPITULO XXXVIII

En que trata de algunas grandes mercedes que el Señor la hizo, ansi en mostrarle algunos secretos del cielo, como otras grandes visiones y revelaciones, que su Majestad tuvo por bien viese: dice los efetos con que la dejaban, y el gran aprovechamiento que quedaba en su alma.

Estando una noche tan mala, que queria escusarme de tener oracion, tomé un rosario por ocuparme vocalmente, procurando no recoger el entendimiento, aunque en lo esterior estaba recogida en un oratorio: cuando el Señor quiere, poco aprovechan estas diligencias. Estuve ansí bien poco, y vínome un arrobamiento de espíritu con tanto impetu, que no hubo poder resistir. Parecíame estar metida en el cielo, y las primeras personas que allá ví, fué á mi padre y madre, y tan grandes cosas en tan breve espacio, como se podria decir un Ave María, que yo quedé bien fuera de mí, pareciéndome muy demasiada merced. Esto de en tan breve tiempo, ya puede ser fuese mas, sino que se hace muy poco. Temí no fuese alguna ilusion, puesto que no me lo parecia: no sabia que hacer, porque habia gran vergüenza de ir al confesor con esto; y no por humilde á mi parecer, sino porque me parecia habia de burlar de mí, y decir, que—¿qué san Pablo para