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de Dios tan de verdad, paréceme que es siempre donde mi voluntad mas se emplea, y como yo andaba con siguridad, mostrábales gracia; ellos como temerosos y siervos de Dios, temíanse no me asiese en alguna manera, y me atase á quererlos, aunque santamente, y mostrábanme desgracia. Esto era despues que yo estaba tan sujeta á obedecerlos, que antes no los cobraba ese amor. Yo me reia entre mí de ver cuan engañados estaban, aunque no todas veces trataba tan claro lo poco que me ataba á nadie, como lo tenia en mí, mas asigurábalos, y tratándome mas, conocian lo que debia á el Señor, que estas sospechas, que traian de mí, siempre eran á los principios. Comenzóme mucho mayor amor, y confianza de este Señor en viéndole, como 'con quien tenia conversacion tan continua. Via que aunque era Dios, que era hombre, que no se espanta de las flaquezas de los hombres, que entiende nuestra miserable compostura sujeta á muchas caidas, por el primer pecado que él habia venido á reparar. Puedo tratar como con amigo, aunque es Señor, porque entiendo no es como los que acá tenemos por señores, que todo el señorío ponen en autoridades postizas. Ha de haber hora de hablar, y señaladas personas que les hablen: si es algun pobrecito, que tiene algun negocio, mas rodeos y favores y trabajos le ha de costar tratarlo. ¡Oh qué si es con el rey! Aquí no hay tocar gente pobre, y no caballerosa, sino preguntar quien son los mas privados; y á buen siguro, que no sean personas que tengan al mundo