Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo II (1927).pdf/180

Esta página no ha sido corregida
178
 

Y quien le pareciere áspero, eche la culpa á su falta de espíritu, y no á lo que aquí se guarda, pues personas delicadas y no sanas, porque le tienen, con tanta suav dad lo pueden llevar; y váyanse a otro monesterio, adonde se salvarán conforme á su espíritu.