Página:Su vida - Santa Teresa de Jesús - Tomo II (1927).pdf/176

Esta página no ha sido corregida
174
 

cho mas fuerte que yo, y holgóse mucho: despues me dijo cuán de mala gana hablaba en el concierto.

Despues se tornó á levantar otra persona, y sierva de Dios harto, y con buen celo: ya que estaba en buenos términos, decia se pusiese en manos de letrados. Aquí tuve hartos desasosiegos; porque algunos de los que me ayudaban venian en esto, y fué esta maraña que hizo el demonio, de la mas mala digestion de todas. En todo me ayudó el Señor, que ansí dicho en suma no se puede bien dar á entender lo que se pasó en dos años que se estuvo comenzada esta casa, hasta que se acabó:

este medio postrero, y lo primero, fué lo mas trabajoso. Pues aplacada ya algo la ciudad, diose tan buena maña el padre presentado dominico que nos ayudaba, aunque no estaba presente; mas habíale traido el Señor á un tiempo, que nos hizo harto bien, y pareció haberle su Majestad para solo este fin traido, que me dijo él despues, que no habia tenido para qué venir, sino que acaso lo habia sabido. Estuvo lo que fué menester: tornando á ir, procuró por algunas vias, que nos diese licencia nuestro padre provincial para venir yo á esta casa con otras algunas conmigo (que parecia casi imposible darla tan en breve) para hacer el oficio, y enseñar á las que estaban: fué grandísimo consuelo para mí el dia que venimos. Estando haciendo oracion en la iglesia, antes que entrase en el monesterio, estando casi en arrobamiento, ví á Cristo, que con grande amor me pareció me reci-