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En fin, me mandó delante de las monjas diese discuento y húbelo de hacer: como yo tenia quietud en mí, y me ayudaba el Señor, dí mi discuento de manera, que no halló el provincial, ni las que allí estaban, por qué me condenar; y despues á solas le hablé mas claro, y quedó muy satisfecho, y prometióme, si fuese adelante, en sosegándose la ciudad, de darme licencia que me fuese á él, porque el alboroto de toda la ciudad era tan grande, como ahora diré.

Desde á dos ó tres dias, juntáronse algunos de los regidores y corregidor, y de el cabildo, y todos juntos dijeron, que en ninguna manera se habia de consentir; que venia conocido daño á la república, y que habian de quitar el Santísimo Sacramento, y que en ninguna manera sufririan pasase adelante. Hicieron juntar todas las Ordenes, para que digan su parecer, de cada una dos letrados.

Unos callaban, otros condenaban, en fin concluyeron, que luego se deshiciese. Solo un presentado de la Orden de santo Domingo (1) (aunque era contrario, no del monasterio, sino de que fuese pobre) dijo, que no era cosa, que ansí se habia de deshacer: que se mirase bien, que tiempo habia para ello, que este era caso del obispo, ó cosas de esta arte, que hizo mucho provecho; porque, se(1) Al margen se lee la siguiente nota de letra del padre Bañez, pero mutilada en parte por haber cortado el encuadernador algunas letras: las de letra cursiva son las que faltan.—Esto fué el año de 1562 en fin de agosto: yo me hallé presete y di este parecer fray Domingo Bañes. (Está su rúbrica y quo (cuando) esto firmo el año de 1575, 20 (el cero no se lee bien) de mayo y tiene ya esta madre fundados 9 monestos (monesterios) en gran religion..