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y me dió á entender que no me faltarian, que los concertase, y ansí lo hice sin ninguna blanca, y el Señor, por manera que se espantaban los que lo oian, me proveyó. Hacíaseme la casa muy chica, porque lo era tanto, que no parece llevaba camino ser monesterio, y queria comprar otra: ni habia con qué, ni habia manera para comprarse, ni sabia que me hacer, que estaba junto á ella otra tambien harto pequeña para hacer la iglesia; y acabando un dia de comulgar, díjome el Señor Ya te he dicho que entres como pudieres. Y á manera de esclamacion tambien me dijo—/Oh codicia del género humano, que aun tierra piensas que te ha de faltar! ¿Cuántas veces dormi yo al sereno, por no tener adonde me meter? Yo quedé espantada, y ví que tenia razon, y voy á la casita, y tracéla, y hallé, aunque bien pequeño, monesterio cabal, y no curé de comprar mas sitio, sino procuré se labrase en ella, de manera que se pueda vivir, todo tosco y sin labrar, no mas de como no fuese dañoso á la salud, y ansí se ha de hacer siempre.

El dia de santa Clara, yendo á comulgar, se me apareció con mucha hermosura, y díjome, que me esforzase, y fuese adelante en lo comenzado, que ella me ayudaria. Yo la tomé gran devocion, y ha salido tan verdad, que un monesterio de monjas de su Orden, que está cerca de este, nos ayuda á sustentar; y lo que ha sido mas, que poco á poco trajo este deseo mio á tanta perfecion, que en la pobreza, que la bienaventurada santa tenia en su casa, se tiene en esta, y vivimos de limosna; que