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a] Por vocativos, o tnterjecciones o locuciones in- terjectivas: A vosotros se atreve argentinos £El orgullo del vil invasor. (HIMNO NACIONAL. ).
¡ Mártires sublimes! a vosotros dedico estas pd- ginas inspiradas por el amor a la Patria. (ECHEVE- RRÍA, D. 23.)
¡Oh padre! ¡Oh claro Sol! no desampares
Este suelo jamás, ni estos altares.
(JosÉ JoAaQUÍN DE OLMEDO, La victoria de Junin.) Y es muy lindo ver nadando A flor de agua algún pescao: Van, como plata, cuñao, Las escamas relumbrando. (ESTANISLAO DEL CAMPO, Fausto.)
¡Libertad anhelada!, ¡dulce reposo!, ¡deli- ciosa correspondencia de las almas ingennas!, ¡placeres puros, bálsamo del corazón!, ¡al Jin os he encontrado! (MARCOS SASTRE.)
¡Ay! tú me entretenías En mi niñez. . (José EuskBIO Caro, El hacha del proscripto.)
¡Ah! sí yo viera aquel valle. (JOAQUÍN GÓMEZ VERGARA, Mis montañas.) ¡Dios mío! un pobre gu- sano acostumbrado a revolcarse en la podredumbre, querer escupir al Sol! (ECHEVERRÍA, D. 233.)
Estos, Fabio (voc.), ¡ay dolor! (loc. interj.), gue ves ahora.
(RopriGO CARO, Las ruinas de Itálica.)