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la litera, ha modificado esos giros en las posteriores, en con- sonancia con las observaciones de Salvá /G. 324), sin que pueda decirse que con ello ha enriquecido la sintaxis cas- tellana.

d] Con todo, en algunos casos tiene Bello que ceder ante la evidencia; así, en el $ 1198 de su Gramática, dice: «Hay una que otra frase en que el uso autoriza la incon- secuencia. Dícese «Esta casa es mayor O tan grande como la de enfrente,» sin embargo de que no puede decirse mayor como, sino mayor que.»

e] En los casos que venimos estudiando, lo más usual es establecer el régimen como lo requiere la palabra regente más próxima al complemento común, como puede verse en los ejemplos citados hasta aquí. Pero ni esto, que Bello quiere transformar en regla /G. 1198), es de rigor; así halla- mos en Cervantes: Mis pensamientos, mis sustiros, mis lágrimas, mis bvenos deseos, mis acometimientos, pudieran hacer un volumen ma- yor o tan grande QUE el que puedan hacer todas las obras del Tostado; y con sorpresa hemos hallado en el mismísimo Jo- vellanos: Entrar y salir EN /a ermita. (O. 205)

f] Aunque más no sea que por su valor histórico, y como una muestra de hasta donde puede llevar el intelectualismo gramatical, recordaremos aquí la manera cómo propusieron José María Blanco y Jovellanos, evitar los mencionados gi- ros, sin recurrir por otra parte al circunloquio que implica decir, por ejemplo: Dos veces ha entrado en España y salido de ella ; y es que se pusiera delante de cada palabra regente la pre- posición correspondiente, no expresando el complemento sino después de la última, como suele hacerse en inglés, y puede verse en los siguientes ejemplos de Jovellanos que trae Salvá (G. 394.): No eran en realidad más que providencias momentáneas exigidas ror y acomodadas aL estado «cima! de la nación. Todo lo cual fué consultado A y obtuvo /a aprobación DE la Junta Suprema. la razón de entradas En y salidas DE la tesorería. ('